14 junio 2025 | Sin anexos

Jeroen, Henk & Zuidberg

En 2022, Henk y Jeroen Zuidberg compartieron abiertamente la historia sobre la transferencia de la empresa familiar. Un momento especial en el que se unieron la pasión, el espíritu emprendedor y la familia. Hoy, algunos años después, el compromiso y la dedicación dentro de nuestra empresa siguen siendo palpables.

Cómo empezó todo
En 2004, Jeroen Zuidberg asumió la dirección de la empresa de manos de su padre: "Analizamos a fondo todas las posibilidades."

En 2004, Henk Zuidberg transfirió la dirección de su empresa a su hijo Jeroen. Una decisión que desde fuera parecía lógica, pero que para los involucrados no fue tan sencilla. No se tomó a la ligera.

Henk: "Yo era responsable de la empresa y de todos los empleados; tenía que estar seguro de que Jeroen podía hacerlo. Por eso acordamos un período de prueba de tres años: si después de ese tiempo tanto yo como la dirección considerábamos que estaba preparado, seguiríamos adelante." Jeroen: "Mi padre me dijo: 'Debes saber lo que quieres, de lo contrario venderemos la empresa.' A partir de ahí, analizamos las posibilidades."

Primer paso: la escuela de negocios.
Jeroen: "Tenía 26 años y no estaba acostumbrado a dirigir. Estudié en la TSM Business School y la completé con éxito. Allí confirmé que en Zuidberg teníamos bien definido el mercado y una empresa sólida. Éramos grandes comparados con los demás participantes, que buscaban evaluar la viabilidad de sus empresas. En nuestro caso, ya teníamos estructura y una empresa saludable."

Durante sus tres años de prueba, Jeroen también exploró oportunidades internacionales.
"He pasado tres semanas en Suecia junto a la dirección de Alö, líder mundial en cargadores frontales, para evaluar una posible venta. Las diferencias culturales eran tan grandes que no era una opción viable."

Dos capitanes en un mismo barco
Al final, sólo había una conclusión lógica: Jeroen asumiría la empresa de manos de su padre. Henk: "El 31 de diciembre de 2003 todavía era el propietario y accionista; el 1 de enero de 2004 le transferí todo a Jeroen." Jeroen: "En cuanto se firmaron los documentos, mi padre dejó el equipo de dirección."Henk: "Fue una decisión muy consciente. Dos capitanes en un mismo barco no funcionan. Pero para el personal no fue tan evidente; seguían viéndome como una especie de director." Jeroen: "Al principio fue complicado. Si mi padre decía algo, tenía un peso especial. Al ser el antiguo propietario, la gente escuchaba más lo que él decía que lo que yo decía como director. Eso no funcionaba. Fue un reto coordinar bien este proceso."

Buscando el rol de director general
Con la llegada de Jeroen, también entró un nuevo estilo de liderazgo en la empresa. Jeroen: "Cuando mi padre decía algo, la gente lo hacía. Estaban acostumbrados a eso. Yo tengo menos conocimientos técnicos, por lo que puedo delegar más fácilmente. Espero que las personas propongan ideas y resuelvan las cosas. Si surgen problemas, pueden acudir a mí. Prefiero observar y hacer preguntas después. Aunque me cuesta, tiendo a querer resolver las cosas por los demás."

Al igual que su padre, Jeroen no es generoso con los elogios. Jeroen: Jeroen: "Debe ser algo genético. A veces puede malinterpretarse. Quiero trabajar en ello, los logros merecen celebrarse. Si algo no funciona, mi padre lo detecta de inmediato. Es muy directo al comunicarse. Tiene buenas intenciones, pero no siempre se percibe así. Como director general se espera que uno comunique de forma adecuada. Siempre estoy buscando el equilibrio correcto en esta empresa en constante crecimiento. La mejora continua no se limita solo al área de producción."

Simplemente Jeroen
Jeroen tenía siete años cuando su padre fundó Zuidberg. En casa todo giraba en torno a la empresa.Jeroen: "Para mi padre, Zuidberg es su vida. Antes, durante o después de las comidas, siempre se hablaba de trabajo, trabajo y más trabajo. En los cumpleaños, los invitados solían hacer un recorrido por la fábrica. Para mí, Zuidberg también es muy importante, pero lo manejo de forma mucho más empresarial."

Jeroen forma una familia ensamblada junto a su pareja Jolanda y sus respectivos hijos.Jeroen: "De una relación anterior tengo tres hijas de 9, 11 y 13 años; Jolanda tiene dos hijas de 14 y 15 años. Solo mi hija de 9 suele preguntarme cosas sobre el trabajo; las demás no muestran mucho interés todavía. A esa edad, los niños no piensan tanto en su futuro. No vivo junto a la empresa como mi padre, sino en Zwolle. Allí tengo mi propio grupo de amigos. Para ellos no soy 'Jeroen de Zuidberg', como sí sucede aquí; para ellos soy simplemente Jeroen."

Proveedor OEM
Henk comenzó la empresa solo y fue ampliando poco a poco el equipo. Cuando Jeroen tomó el mando, había cien empleados. Henk: "Desde entonces, todo ha cambiado enormemente. Las decisiones que Jeroen debe tomar, yo nunca las tuve. En mi época solo fabricábamos tripuntales delanteros y TDF, nada más. Pero después de 2004 adquirimos Staalservice Lelystad, incorporamos la producción de transmisiones y empezamos a diseñar y producir orugas." Jeroen: "Hoy somos principalmente proveedores OEM, lo que también lo cambia todo. Por eso es aún más importante colocar a las personas adecuadas en los puestos correctos."

Mantener el espíritu familiar
Lo que no ha cambiado en todos estos años es el carácter familiar de la empresa. Jeroen: "Con cien empleados uno puede ser una empresa familiar, pero también con cuatrocientos. Lo que ya no podemos es operar como una empresa familiar tradicional. Los clientes esperan una organización perfectamente profesional. No basta con decir que llevamos años haciéndolo bien. Todos los procedimientos deben estar documentados hasta el más mínimo detalle. Todo debe probarse y validarse. El producto ya no debe cumplir con una 'calidad humana', como antes, sino con una calidad de producción. Todos los procesos deben estar bajo control."

Para el personal, Jeroen sí quiere conservar ese espíritu de empresa familiar de antes. Jeroen: "Es muy importante mantener ese sentimiento de familia. Mis padres lo hicieron muy bien. Gracias a ellos tenemos, aquí en la región, una buena reputación tanto para nosotros como empleadores, como para nuestros trabajadores. En verano el congelador está lleno de helados, cuando hay buenos resultados hay tortas, en las fiestas todos reciben un detalle y nuestras charlas son informales. Así logramos que nuestro personal se sienta parte de Zuidberg, y no empleados anónimos de cualquier organización."